miércoles, 8 de octubre de 2008

hipertexto y democracia

“Leer y escribir en un mundo cambiante”
El siguiente texto es un fragmento de la lectura de Emilia Ferreiro, llamada “Leer y escribir en un mundo cambiante” y aunque su tema no son las nuevas tecnologías, lo retoma al hablar de la alfabetización y la democracia; y del problema de que la escolaridad básica no asegura ni la práctica cotidiana de la lectura, ni el gusto por leer, ni mucho menos el placer por la lectura:
“En las primeras décadas del siglo XX parecía que “entender instrucciones simples y saber firmar” podía considerarse suficiente. Pero a fines del XX y principios del XXI estos requisitos son insostenibles. Hoy día los requisitos sociales y laborales son mucho más elevados y exigentes. Los navegantes de Internet son un barco a la deriva si no saben tomar decisiones rápidas y seleccionar información”. (Ferreiro, 200, p.13).

“Y la escuela de los países periféricos, que aún no aprendió a alfabetizar para el periódico y las bibliotecas, debe enfrentar ahora el desafío de ver entrar Internet en las aulas, no por decisión pedagógica, sino porque ‘el Banco Interamericano de Desarrollo y Starmedia Network firmaron una alianza para introducir Internet en todas las escuelas públicas de América Latina y el Caribe’, según noticias periodísticas ampliamente difundidas de fines de marzo de 2000”. [1] (Loc. cit.)

“Yo he dicho desde hace varios años en diversos foros, y continúo sosteniendo, que las nuevas tecnologías ayudarán sobremanera a la educación en su conjunto si contribuyen a enterrar debates interminables obre temas permitidos: por ejemplo. “¿hay que comenzar con caracteres ligados o separados?; ¿qué hacemos con los zurdos?; ¿hay que enseñar a leer por palabras o por sílabas?”. Bienvenida la tecnología que elimina diestros y zurdos: ahora hay que escribir con las dos manos, sobre un teclado; bienvenida la tecnología que permite separar o juntar los caracteres. A decisión del productor; bienvenida la tecnología que enfrenta al aprendiz con textos completos desde el inicio”. (Ibídem, p.14)

“Pero la tecnología, de por sí, no va a simplificar las dificultades cognitivas del proceso de alfabetización (ignoradas también por la mayoría de los métodos pedagógicos), ni es la oposición “método versus tecnología” la que nos permitirá superar las desventuras del analfabetismo”. El libro se completa cuando encuentra un lector intérprete (y se convierte en patrimonio cultural cuando encuentra una comunidad de lectores intérpretes). (Ibídem, p. 16)

“Por eso es tan singular la tarea de un editor: no solamente debe producir un objeto tan cuidado y acabado como sea posible, sino tener conciencia de que tal objeto, por más cuidado y acabado que sea, será siempre incompleto si no encuentra “el otro”, “los otros” que le darán compeltud. Ese “otro” (esos “otros”) deben ser lectores”. (Loc. cit.)

“¿Los editores de las próximas décadas van c concentrarse en producir libros para 20% de la población mundial? ¿Van a retomar la antigua tradición de la lectura elitista, contraria a la idea de la alfabetización necesaria para la democracia? ¿Podemos pedirles-quién puede pedirles- que contribuyan a la completud de sus productos, o sea a la producción de lectores?” (Loc. cit.)

“La situación actual es grave, pero es interesante porque estamos en momentos de profundos cambios en la definición de la materialidad misma del objeto “libro”. Algunos nos anuncian una nueva democracia vía Internet mientras que otros se anticipan a organizar prematuros funerales del objeto “libro”, ese que tiene textura y olor, ese “de carne y hueso” con el que aprendimos a convivir durante siglos”. (Loc. cit.)

“Internet, correo electrónico, páginas Web, hipertexto… están introduciendo cambios profundos y acelerados en la manera de comunicarnos y de recibir información. Y eso es fascinante para cualquier estudioso de la lengua y de los cambios lingüísticos. Pero esos instrumentos no son “democráticos” por sí mismos (tanto como el alfabeto no es democrático en sí mismo). Luchar por la democratización en el acceso a las nuevas tecnologías es una cosa; aplicarles el calificativo de democracia es otra. Hay nuevos estilos del habla y de escritura que están siendo generados gracias a estos medios. Saber navegar por Internet ya forma parte de los objetivos educativos declarados o en vías de declaración. No sabemos si los desnutridos y los desempleados aprenderán a leer y escribir para entrar a Internet (aunque no reciban créditos escolares por ello), o si quedarán nuevamente excluidos. Es difícil y riesgoso hacer predicciones”. (Ibídem, p. 17)

Ferreiro, E. (2000), Leer y escribir en un mundo cambiante. En Pasado y presente de los
Verbos leer y escribir. México: SEP (Biblioteca para la actualización del maestro. Serie:
Cuadernos), (pp. 9-28).

[1] Por ejemplo, El Financiero, de México, en la sección “Negocios” del 29 de marzo de 2000.

1 comentario:

Juan Manuel Zurita Sánchez dijo...

Chic@s:

Considero que las fuentes que utilizaron para crear su entrada son pertinentes, pero preferiría que utilizaran solamente fuentes provenientes de Internet. Saludos.